“Porque Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y autocontrol”. 2 Timoteo 1:7
Muchos de nosotros compartimentamos nuestra Fe, la sacamos a relucir sólo cuando asistimos a la Misa o cuando asistimos a un evento parroquial. Ser un buen administrador requiere disciplina y esfuerzo para poner a Dios en primer lugar en todo – todo el tiempo. La próxima vez que estés en una fiesta del vecindario o en el trabajo o de compras, ¿darías a entender con tus palabras y acciones que eres un buen y fiel servidor de nuestro Señor?