Estimados feligreses,
La destrucción de la propiedad y los incendios que podrían haber causado un daño significativo el pasado fin de semana aquí en los terrenos de la parroquia son alarmantes y preocupantes para todos nosotros. El vandalismo de cualquier tipo es inaceptable. También es muy triste. Que cualquier comunidad de fe o lugar de culto sea el objetivo de grupos que demuestran violencia y vulgaridad está mal y es inaceptable. Afortunadamente, nadie resultó herido. Sin embargo, si los bomberos no hubieran apagado el fuego tan rápidamente, podría haber habido heridos y muchos más daños materiales. Al parecer, estos crímenes fueron una respuesta a la decisión del Tribunal Supremo en el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, que anuló el precedente establecido por el caso Roe v. Wade. Independientemente de la posición de cada uno en este asunto, el Presidente de los Estados Unidos se ha pronunciado firmemente en contra de responder con cualquier tipo de violencia.
Como comunidad católica de fe, en la parroquia de St. John Neumann hemos defendido firmemente el respeto y la dignidad de toda vida, desde la concepción hasta la muerte natural. También somos una comunidad de fe acogedora conocida por su hospitalidad.
Como ciudadanos de este país, todos tenemos el derecho de protestar civil y pacíficamente, sin atacar a la gente por practicar sus creencias religiosas o de una manera que pueda poner en peligro la vida de las personas. Por lo tanto, el vandalismo que ocurrió aquí este fin de semana pasado es mucho más descorazonador. Pido que todos tomemos el camino del respeto, respondiendo mejor que como lo hicieron los autores. Recemos por la dignidad de toda vida, y recemos también por el civismo entre todos los ciudadanos, especialmente cuando hay fuertes desacuerdos.
Quiero expresar mi gratitud y mi más sincero reconocimiento a nuestros vecinos, a los departamentos de policía y de bomberos de Fairfax, a los funcionarios gubernamentales y elegidos, y especialmente a las comunidades religiosas locales y a sus líderes en perspectiva, por acercarse a nosotros en apoyo, solidaridad y oración.
Al celebrar el 4 de julio, demos gracias por ser ciudadanos de este país y por aquellos que se sacrificaron para que pudiéramos ser libres. Comprometámonos también a ser ciudadanos que abrazan nuestros valores cristianos y los viven con integridad.
¡Feliz Día de la Independencia!
Vivan a Jesús,
Padre Joe