We have a very important issue we need to address:
Over the past several weeks, we have found pieces of the consecrated host on the floor after communion. The consecrated host is the real body of Christ, the incarnate Son of God, and is to be treated with the utmost respect. Therefore we need to take this occasion to remind the congregation about the correct way to receive communion.
When the priest, deacon, or Eucharistic minister says “The body of Christ,” you respond, “Amen.”
If you are receiving in your hand, cup your hand, right over left, and the minister will place the host in your hand. Then put the whole host into your mouth to consume it. Do not try to consume it piece by piece.
If you are receiving on the tongue, extend your tongue and receive the host on your tongue. Then bring the host into your mouth to consume it.
If you drop the host, please pick it up and either consume it yourself or give it to the priest or deacon to consume.
Finally, if you notice anyone who is having difficulty following these procedures, please point them out to one of the priests.
Thank you for your cooperation in this very important matter.
Tenemos un asunto muy importante que debemos tratar:
En las últimas semanas, hemos encontrado trozos de la hostia consagrada en el suelo después de la comunión. La hostia consagrada es el verdadero cuerpo de Cristo, el Hijo de Dios encarnado, y debe ser tratada con el máximo respeto. Por lo tanto, debemos aprovechar esta ocasión para recordar a los fieles la forma correcta de recibir la comunión.
Cuando el sacerdote, el diácono o el ministro de la Eucaristía dice “El cuerpo de Cristo”, usted responde: “Amén”.
Si se recibe en la mano, se ahueca la mano, a la derecha sobre la izquierda, y el ministro colocará la hostia en la mano. A continuación, pon la hostia entera en tu boca para consumirla. No intentes consumirla trozo a trozo.
Si se recibe en la lengua, extienda la lengua y reciba la hostia en su lengua. Luego lleve la hostia a su boca para consumirla.
Si se te cae la hostia, por favor, recógela y consúmela tú mismo o dásela al sacerdote o al diácono para que la consuma.
Por último, si observan que alguien tiene dificultades para seguir estos procedimientos, por favor, indíquenselo a uno de los sacerdotes.
Gracias por su cooperación en este asunto tan importante.