Esto se repite: tómate un respiro en estas fiestas
Mirando el calendario, ya puedo sentir cómo aumenta mi nivel de estrés.
La “temporada más feliz de todas” se acerca rápidamente. Sin embargo, antes de empezar una de mis aparentemente interminables listas de fiestas, voy a tener una conversación conmigo misma que comienza con tres palabras esenciales: “¡toma un respiro!”
En las últimas décadas, la palabra “mindfulness” se ha colado en nuestro vocabulario. Wikipedia la define como “la atención intencionada, aceptante y sin juicios de valor a las emociones, los pensamientos y las sensaciones que se producen en el momento presente…” ¡Vaya! Esta intención se hace eco de las enseñanzas de San Francisco de Sales.
¿Puede la práctica de la “atención plena” ayudarnos a mantenernos centrados en medio del caos navideño, a disfrutar de esta “época más maravillosa del año” y a evitar que nuestro nivel de estrés navideño se descontrole? Yo creo que sí. Y con estos objetivos en mente, he aquí algunas sugerencias para tener unas fiestas realmente bendecidas.
1. Vive el momento presente. Respire y esté aquí ahora. Disfruta de la belleza del cielo nocturno, de la sonrisa de un niño que espera y de la sabiduría de un abuelo. Cierra los ojos y agradece a Dios la oportunidad de experimentar la belleza de tu entorno.
2. Libérate de las expectativas. Esto merece ser repetido: libérate de las expectativas. Las pinturas de Norman Rockwell de las fiestas son arte, no la vida. Busca la paz, la aceptación y la humildad. Y no olvides reírte de lo absurdo de la fantasía de la “Navidad perfecta” comercializada por los anunciantes. Permanece en el momento presente rodando con lo que ocurra, comprometido a encontrar la alegría y experimentar la gratitud en cada situación, planificada y no planificada.
3. Cuenta hasta 10 con los familiares. Resiste la tentación de permitir que las viejas heridas reclamen tu alegría navideña. Recuerde con sus visitantes más mayores que los cambios en la rutina suelen provocar una mayor ansiedad. Sus expectativas pueden parecer rígidas, y el tiempo para realizar una tarea puede ser tres veces más largo de lo que usted cree. Acepte que con la edad avanzada se gana una mayor tolerancia, y recuerde que usted no es una ganga. ¡Usted puede hacerlo! (ver #2). El perdón y la paciencia son enormemente liberadores.
4. Practica el autocuidado. Deja atrás el mito de que puedes hacer feliz a todo el mundo. Dedica tiempo a lo que te nutre. Pasa tiempo a solas con Dios. Concéntrate en tus intenciones, y mantenlas amorosas. Cuida de ti mismo como tu padre cuida de ti. Consiéntete con 45 minutos ininterrumpidos cada día de tiempo de tranquilidad sólo para ti.
5. Haz un balance de tus bendiciones. Una “actitud de gratitud” fomenta el aprecio por todas las pequeñas cosas que se pueden haber perdido. Ayude a sus hijos (o nietos) a hacer una lista de las cosas que no son de su agrado. Les ayudará a mantener su atención en el valor de la familia, la amistad, el amor, la naturaleza, la comunidad y, sobre todo, el dador de todas las bendiciones.
Pasar un tiempo en el Pesebre imaginando la experiencia de María y José es profundamente humilde y siempre pone las fiestas en perspectiva. Este año, no te pierdas el mayor regalo de la temporada, “la paz que desafía todo entendimiento”… Sé amable contigo mismo y con los que te rodean, y ten en cuenta que todos llevan una carga de la que tú no sabes nada. En la oscuridad de la noche, enciende una vela, reza una oración y estate presente con Jesús, María y José mientras contemplas el milagro del nacimiento de Cristo. ¡Que tengas unas fiestas bendecidas!
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